Las cuatro propuestas forman parte de las actividades que arroparán la candidatura de Córdoba a la capitalidad cultural europea de 2016. A ese mismo título optará una docena de ciudades españolas, entre ellas, Segovia, San Sebastián, Santander y Cáceres.
El programa cordobés, comisariado por Carlota Álvarez Basso, comenzó el jueves por la noche con la instalación de Darya von Berner (México, 1960). Berner es una artista multidisciplinar experta en la construcción de nubes artificiales. Lo hizo en torno a la madrileña Puerta de Alcalá, y lo hará en otoño sobre el Museo Magritte de Bruselas. Las nubes de Berner son esculturas penetrables producto de una mezcla homogénea de oxígeno, argón, agua y dióxido de carbono. Los pulverizadores distribuidos sobre los naranjos y las paredes de la mezquita consiguieron el milagro de que la temperatura descendiera drásticamente. Fuera de la nube, 42 grados. Dentro, entre 28 y 30.
Entre las ocho de la tarde y las tres de la mañana, la nube fue una locura para turistas y cordobeses. El arte contemporáneo se adentraba así en el mundo islámico. La única pena es que la obra es efímera y la nube se va en tres días.
El agua es también el protagonista de otra de las instalaciones, la inaugurada ayer por la mañana en el bulevar del Gran Capitán. Jeppe Hein (1974, Copenhague, Dinamarca) ha creado una fuente interactiva, ejemplo de escultura líquida que cambia de formas en función de la proximidad de los visitantes y que permanecerá instalada hasta octubre.
Pero la obra que más participación ciudadana ha conseguido es Los caminos del fuego, de Muma (José María Soler, Barcelona, 1960). Grupos de voluntarios de entidades vecinales han colocado sobre los dibujos originales del empedrado cientos de velas para aunar fuego y luz.
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