
Henri Cartier-Bresson lo expresó con claridad: "Inventemos lo que inventemos, Kertész siempre fue el primero". A través de cien de sus fotografías más importantes, todas vintage, se ofrece una visión completa de la carrera del que fue precursor de las corrientes fotográficas más significativas del siglo XX, en un recorrido cronológico por los tres escenarios más importantes de su vida: Hungría, Francia y Estados Unidos.
Hungría (1894-1925)

Aunque vende sus imágenes a revistas y empresas de postales, después de la guerra debe volver a su puesto de funcionario pues no puede vivir sólo de su vocación. En la IV Exposición Fotográfica Artística, fiel a su inconformismo y exigencia artística, renuncia a un premio al negarse a hacer copias de bromoleo, una técnica que asemeja las fotos a pinturas, porque no le parece un “proceso fotográfico”.
Francia (1925-1936)

Respetado e integrado en la bohemia artística, muchos jóvenes le piden su consejo. A comienzos de los treinta su estilo evoluciona gracias a su cámara Leica de 35 mm, muy manejable y discreta. En 1933 realiza, con la ayuda de dos espejos deformantes de circo, una de sus series más innovadoras, Distortion, para un encargo de la revista Le Sourire sobre el cuerpo femenino.
Esta insólita solución visual, que “subraya lo extraño de la realidad, pero no lo falsifica”, representa un gran paso para su obra y también para la historia de la fotografía. Trabaja para revistas europeas como Vu, Sunday Times, Berliner Illustrierte Zeitung y Uhu, e introduce en París a un compatriota que será uno de los corresponsales de guerra más famosos del siglo XX, Robert Capa.
Estados Unidos (1936-1985)
En 1936 la agencia Keystone le invita a Nueva York, donde acaba

instalándose junto a su esposa Elisabeth Sali debido al inminente inicio de la II Guerra Mundial. Los primeros años son difíciles: debe trabajar en un estudio cuando le interesa más ser reportero gráfico, y su estilo independiente no encaja en las revistas americanas. Pero la editorial Condé Nast se fija en él y lo contrata paraLook, Harper's Bazaar y Vogue. En 1944, él y su mujer obtienen la ciudadanía estadounidense.
La carrera de Kertész renace desde los años 50: se dedican exposiciones y álbumes a su obra, entre ellos, André Kertész Photographer, de John Szarkowski, publicado en 1964 por el MoMA. A partir de entonces se convierte en un fotógrafo consagrado mundialmente y de referencia para nombres como Doisneau o Cartier-Bresson.
En 1977 la muerte de Elisabeth Sali le sume en una gran depresión; se recluye en casa y empieza la serie From my window (1981), en la que con una polaroid fotografía los objetos que compartió con su mujer, cuyas habitaciones dejó intactas. En 1984 vuelve a Hungría, donde recibe una de las condecoraciones estatales más importantes, la Orden de la Bandera de la República Popular, y en 1987, dos años después de su muerte, se inaugura el Museo de Fotografía André Kertész en Szigetbecse, la ciudad de los veraneos de su infancia.
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